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Fuente: Google. El clásico del Pacífico entre peruanos y chilenos. Los dos países con la consigna de pasar a la final. |
Quién iba imaginar que aquella generación se fuera de esa manera del certamen más importante a nivel de selecciones. Quién iba a percibir que esa sería la última participación de un fútbol alegre impuesta por jugadores de calle, que se divertían dentro de la cancha, ese espacio donde se vive de alegrías y tristezas, de derrotas y victorias. Ambiente de jugadas que termina con el mandamiento sobre redes: el gol. Ese que conlleva al delirio de miles de personas que con las caras pintadas expresan el patriotismo para su país.
Cada eliminatoria luego de acudir a España 82 era un éxtasis para el pueblo peruano. Porque en ella se vivía la ilusión de estar en esa competencia, que al término de ella nos devolvía a nuestra cruda realidad: ser o estar entre los últimos de Sudamérica. Varios estrategas pasaron por estas tierras para que esa historia sea cambiada. Sin embargo, los resultados año tras año seguían escribiendo un fiasco internacional.
Generaciones de futbolistas que eran la esperanza para el mañana. Situaciones repetidas. Juegos perdidos por poco compromiso de algunos atletas. Indisciplina en cada proceso de cara a lo que tanto indagamos, pero que terminaban siendo criticados por la prensa, o expulsiones que perjudicaban al equipo, porque consternaba a los compañeros para cometer un error favorable al rival de turno, astucia aprovechada por ellos y que establecían la victoria del otro país que anhelaba lo mismo que nuestro balompié.
En 1997 solo un punto nos separó de Francia 1998. Necesitábamos de tan solo un empate para acudir al mundial. El clásico rival ganó ese partido clave porque solo una de las dos selecciones gozaría con el boleto de viaje a Europa. Chile nos venció, su público abucheó nuestro himno nacional. La herida de nuestro orgullo se vio derrotada ante una selección mapocha. Mismo año 1997 que empezamos a vivir otro suceso, pero en un distinto torneo: la Copa América.
A partir se esa eliminación al campeonato mundial, el Perú empezó a escribir su propia anécdota en el torneo más antiguo. Ese mismo año de exclusión el conjunto incaico empezó a ser protagonista de dicha copa. Pasando continuamente la fase de grupos en Colombia 2001, como anfitrión en 2004, en Venezuela 2007 y Argentina 2011 donde ocupó el tercer lugar, siendo campeón Uruguay (15 títulos hasta entonces).
El fin de una era llegaba a su fin. El personaje más odiado de la nación, Manuel Burga, acabó su mandato en el año 2014. La nueva junta directiva eligió a otro representante para el fútbol peruano: Edwin Oviedo, quien optó por un nuevo técnico en las próximas eliminatorias y para la Copa América Chile 2015.
Ricardo Gareca, argentino que el 2008 ganó el torneo Apertura con el club Universitario de Deportes. Dispone de bastante experiencia en clubes, pero en selecciones era su reto a vencer. Una idea de juego distinta, un sistema diferente, una táctica que conllevó a tener buenos resultados. Proceso cuya primera prueba es sin duda la Copa América. En el país vecino. 23 fueron los elegidos para tener la tarea de hacer un buen papel. Entre experimentados y jóvenes. Nacionales e internacionales. Todos con la consigna de seguir pasando la fase de grupos.
Perú clasificó en un grupo de los últimos asistentes al mundial. Brasil, Colombia y Venezuela los rivales en está copa 2015. El elenco blanquirrojo logró la hazaña poco esperada, incluso por los propios compatriotas. Pasó a cuartos de final como segundo del grupo con 4 puntos. En cuartos de final enfrentó a Bolivia a quién venció con los tres goles del belicoso Paolo Guerero.
La historia se vuelve a repetir como aquella vez previo al Mundial de Francia. Solo que está ocación en Copa América en una nueva edición del Clásico del Pacífico, cada quién con un solo propósito: Llegar a la instancia final. Uno busca su primer título ante su gente, el otro hacer historia en un país ajeno donde puede conseguir su tercera copa.
Dos estilos de juego diferentes. Dos naciones rivales en busca de la gloria deportiva.
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